Tiempos extraños
Conversaba el otro dia con un amigo a quien aprecio mucho y de quien siempre he admirado su actitud "zen" de calma constante aún en el medio de muchas presiones propias de su trabajo. El me decía, y coincido en su opinión, que éstos son tiempos extraños.
No es sólo Trump, que francamente ha roto con la visión que teníamos de los Estados Unidos como modelo de democracia, son también las paradojas. Vemos aperturas que no habríamos podido pronosticar hace apenas unos años al mismo tiempo que somos testigos de un creciente racismo que creíamos superado en muchas latitudes.
Es un mundo hiperconectado donde todos somos jueces constantes, somos medios individuales de comunicación y donde la privacidad parece haberse convertido en un derecho perdido de la mano de los famosos "haters". Tiempos que no obstante han creado
gente con fama sin nada que aportar que no sea su notoriedad.
Tiempos de impunidad desfachatada, porque antes las estafas eran escondidas a través de medios controlados, pero también de gente decidida a pararse, protestar y marchar. Tiempos de crecimiento numérico, pero que no se siente.
Por vez primera en mis décadas de existencia siento la posibilidad real de ver una guerra mundial. De ver dictaduras en mi patria. Pero también de llegar a esos avances tecnológicos de tantas películas de ciencia ficción, con drones entregando paquetes, robots limpiando las casas y planetas con posibilidad de ser habitables.
Tiempos extraños y confusos. Realmente.
No es sólo Trump, que francamente ha roto con la visión que teníamos de los Estados Unidos como modelo de democracia, son también las paradojas. Vemos aperturas que no habríamos podido pronosticar hace apenas unos años al mismo tiempo que somos testigos de un creciente racismo que creíamos superado en muchas latitudes.
Es un mundo hiperconectado donde todos somos jueces constantes, somos medios individuales de comunicación y donde la privacidad parece haberse convertido en un derecho perdido de la mano de los famosos "haters". Tiempos que no obstante han creado
gente con fama sin nada que aportar que no sea su notoriedad.
Tiempos de impunidad desfachatada, porque antes las estafas eran escondidas a través de medios controlados, pero también de gente decidida a pararse, protestar y marchar. Tiempos de crecimiento numérico, pero que no se siente.
Por vez primera en mis décadas de existencia siento la posibilidad real de ver una guerra mundial. De ver dictaduras en mi patria. Pero también de llegar a esos avances tecnológicos de tantas películas de ciencia ficción, con drones entregando paquetes, robots limpiando las casas y planetas con posibilidad de ser habitables.
Tiempos extraños y confusos. Realmente.
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