¿Y a dónde se fué mi año?.

Hoy llegamos a lo que claramente es la recta final del 2015. Aunque en el fondo es un punto al azar en el tiempo y cada dia marca de hecho un nuevo comienzo y un posible final, la humanidad de forma colectiva decididó hace mucho  que la vida es más llevadera cuando se le divide en cajones. 

Entonces terminamos un ciclo colectivo, y se evalúan los propósitos alcanzados, sopesamos cambios necesarios y en general miramos hacia atrás analizando lo que hemos hecho con nuestro tiempo.

Es un ejercicio saludable. Mirar hacia atrás nos permite aprender de los errores, mirar hacia delante nos dá esperanza y nos centra. Lo que no debemos, pero es una actividad muy común en estos días, es “castigarnos” psicológicamente.

Las 30 libras que no perdimos en los 11 meses pasados realísticamente no las perderemos en 30 dias. El idioma que no aprendimos podrá ser siempre meta para el 2016, lo importante es quizás entender la razón por la cual no llegamos a rebajar ni aprendimos lo que teníamos la intención de aprender. ¿Necesitamos estructura? ¿Trabajar en nuestro proceso de planeación personal? ¿Realmente era importante para nosotros perder ese peso o estábamos respondiendo a presión social?  Las motivaciones juegan un papel vital a la hora de hacer sacrificios.


En la medida en que encontremos respuestas nos conoceremos mejor y estaremos en capacidad de alcanzar nuevos logros con mayor facilidad.

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